Descripción
A partir de los 3 años de edad, la forma en que el cerebro de los niños aprende una nueva lengua cambia por completo; por simplificar, la lengua no se incorpora de forma independiente sino que constantemente el niño traduce a su lengua materna la información que recibe. En ningún caso esta circunstancia debe ser motivo de frustración; en esta edad, el cerebro muestra el doble de actividad que el cerebro adulto. Es sobre los 7 años de edad cuando esa actividad tiende a parecerse a la de un adulto.
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